lunes, 17 de agosto de 2015

Indicadores de autoestima


Indicios positivos de autoestima

(Adaptados de D.E. Hamachek, Encounters with the Self, Rinehart, Nueva York, 1971).

La persona que se autoestima suficientemente:
Cree con firmeza en ciertos valores y principios, y está dispuesta a defenderlos incluso aunque encuentre oposición. Además, se siente lo suficientemente segura de sí misma como para modificarlos si la experiencia le demuestra que estaba equivocada.
Es capaz de obrar según crea más acertado, confiando en su propio criterio, y sin sentirse culpable cuando a otros no les parezca bien su proceder.
No pierde el tiempo preocupándose en exceso por lo que le haya ocurrido en el pasado ni por lo que le pueda ocurrir en el futuro. Aprende del pasado y proyecta para el futuro, pero vive con intensidad el presente.
Confía plenamente en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar fácilmente por fracasos y dificultades. Y, cuando realmente lo necesita, está dispuesta a pedir la ayuda de otros.
Como persona, se considera y siente igual que cualquier otro; ni inferior, ni superior; sencillamente, igual en dignidad; y reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o posición económica.
Da por sentado que es interesante y valiosa para otras personas, al menos para aquellos con los que mantiene amistad.
No se deja manipular, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
Reconoce y acepta en sí misma diferentes sentimientos y pulsiones, tanto positivos como negativos, y está dispuesta a revelárselos a otra persona, si le parece que vale la pena y así lo desea.
Es capaz de disfrutar con una gran variedad de actividades.
Es sensible a los sentimientos y necesidades de los demás; respeta las normas sensatas de convivencia generalmente aceptadas, y entiende que no tiene derecho —ni lo desea— a medrar o divertirse a costa de otros.
Indicios negativos de autoestima

(Adaptados de J. Gill, Indispensable Self-Esteem, en Human Development, vol. 1, 1980).

La persona con autoestima deficiente suele manifestar algunos de los siguientes sintomas:
Autocrítica rigorista, tendente a crear un estado habitual de insatisfacción consigo misma.
Hipersensibilidad a la crítica, que la hace sentirse fácilmente atacada y a experimentar resentimientos pertinaces contra sus críticos.
Indecisión crónica, no tanto por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.
Deseo excesivo de complacer: no se atreve a decir «no», por temor a desagradar y perder la benevolencia del peticionario.
Perfeccionismo, o autoexigencia de hacer «perfectamente», sin un solo fallo, casi todo cuanto intenta; lo cual puede llevarla a sentirse muy mal cuando las cosas no salen con la perfección exigida.
Culpabilidad neurótica: se condena por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar a perdonarse por completo
Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aun por cosas de poca importancia; propia del supercrítico a quien todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.
Tendencias defensivas, un negativo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.
Repercusión de los desequilibrios de autoestima en adolescentes

Los desequilibrios de autoestima pueden presentarse de formas como las siguientes:

Trastornos psicológicos:
Ideas de suicidio.
Falta de apetito.
Pesadumbre.
Poco placer en las actividades (anhedonia).
Pérdida de la visión de un futuro.
Estado de ánimo triste, ansioso o vacío persistente.
Desesperanza y pesimismo.
Sentimientos de culpa, inutilidad y desamparo.
Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
Trastornos en el sueño.
Inquietud, irritabilidad.
Dolores de cabeza.
Trastornos digestivos y náuseas.

Trastornos afectivos:
Dificultad para tomar decisiones.
Enfoque vital derrotista.
Miedo.
Ansiedad.
Irritabilidad.

Trastornos intelectuales:
Mala captación de estímulos.
Mala fijación de los hechos de la vida cotidiana.
Dificultad de comunicación.
Autodevaluación (baja autoestima)
Incapacidad de enfrentamiento.
Ideas o recuerdos repetitivos molestos.

Trastornos de conducta:
Descuido de las obligaciones y el aseo personal.
Mal rendimiento en las labores.
Tendencia a utilizar sustancias nocivas.

Trastornos somáticos:
Insomnio.
Inquietud en el sueño.
Anorexia.
Bulimia.
Vómitos.
Tensión en músculos de la nuca.
Enfermedades del estómago.
Alteraciones en la frecuencia del ritmo cardíaco.
Mareos.
Náuseas.













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